A reforestar la Primavera
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A reforestar la Primavera
Una vez al mes, alumnos y profesores del ITESO acuden al polígono que la universidad mantiene en el corazón del bosque para colaborar en su preservación.
Adriana López-Acosta
Esta es la crónica de un sábado de agosto. Incluye manos enlodadas y profesoras que fungen como guías para restaurar el bosque o evitar picaduras de alacrán. Todo ocurre en el Polígono del ITESO en el Bosque La Primavera, un pequeño laboratorio ambiental al que nunca le sobran voluntarios.
"Recuerden que es ideal traer botas: si pasa una serpiente —que aquí hay coralillo y cascabel—, no es tan grave que muerda la bota a diferencia de que muerda la pierna. Es importante ponerse bloqueador solar o sombrero. Y cuidado al mover las piedras, no vayamos a molestar a los alacranes".
Las indicaciones de Lydia Hernández, profesora del Departamento de Procesos Tecnológicos e Industriales, provocan risas nerviosas en aquellos que llevan tenis o simplemente temen a los animales venenosos.
Al pie de la entrada sur del bosque, cerca de las 9 de la mañana, la profesora pide que se cuenten los asistentes a la jornada de restauración del sábado 22 de agosto, la primera del semestre Otoño 2015. Hay más de 30, divididos entre los que viajaron en el camión del ITESO, los que se fueron en ride y los que alcanzaron al grupo a media subida.
La camioneta con los 230 árboles por sembrar ese día, de los mil 440 que se pretenden llevar el resto del semestre, no puede avanzar más allá de la mitad del recorrido por lo irregular del camino, así que los 30 asistentes llenan sus manos, mochilas y bolsas con pequeños pinos y encinos, palas y picos. Es un kilómetro cuesta arriba para llegar a la entrada del Polígono del ITESO en La Primavera.
"Estos sí son 50 árboles por plantar", bromea Daniel de Obeso, coordinador de la carrera de Ingeniería Ambiental, mientras pasa de mano en mano los árboles que se integrarán a la flora de este laboratorio ambiental que le fue cedido a la universidad con fines de preservación por Cástulo Romero (son 6,7 hectáreas ubicadas en la parte sur oriente del bosque), el cual la institución administra desde 1996.
En los recorridos que se realizan el tercer sábado de cada mes, no importa la matrícula: asisten estudiantes de Ingeniería Ambiental, Arquitectura o Ciencias Políticas y Gestión Pública; se llenan las uñas de tierra coordinadores, profesores, alumnos y jardineros de Servicios Generales del ITESO, labor que éstos realizan desde hace años periódicamente.
Marco Antonio Gutiérrez, profesor del PAP "Conservación de bosques del occidente del país", explica el método que los voluntarios deben seguir, respaldado por el manual de prácticas de reforestación de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) que lleva en el brazo.
Hay que mantener una distancia de dos pasos entre un árbol y otro, y ahí cavar un agujero de 40 centímetros de profundidad; después de plantarlo, crear una terraza alrededor del árbol, de un metro de diámetro, para que pueda captar agua.
El trabajo no siempre es de reforestación. Detrás hay que añadir la creación de zanjas para captar lluvia, acordonamientos con curvas de nivel y mucha labor de restauración de suelo, sobre todo tras los incendios de 2010 y 2012, que fueron de los más devastadores para el bosque.
Desde hace tres años se estableció un convenio entre la Conafor y el ITESO, a través de la carrera de Ingeniería Ambiental, para coordinar esfuerzos y realizar obras de restauración y conservación de suelo, con metas que incluyen la reforestación que se busca alcanzar este semestre, los mil 440 árboles plantados.
Se escuchan risas, pasos sobre hojas secas y golpes de pico sobre la tierra, húmeda por las lluvias que han caído sobre la ciudad. Es una mañana nublada, así que esta vez los sombreros fueron innecesarios y el frío ayuda a que el cansancio llegue más tarde.
Cae una leve llovizna que acentúa el aroma a pino, anís y cítricos; el grupo se refugia bajo uno de los árboles con más sombra para comer su refrigerio y observar las decenas de nuevos árboles residentes del bosque.
"Yo parto de la idea de que no queremos aquello que no conocemos. Conforme conozcamos más el bosque, más sabremos de toda la riqueza que nos aporta, por eso es sumamente valioso que se sumen más personas a estas jornadas", dice Hernández.
La satisfacción se le ve en la tierra sobre sus botas y en la sonrisa, 230 árboles plantados después.
Ayuda para bosque
La carrera de Ingeniería Ambiental invita a las Jornadas de restauración del Bosque La Primavera. Las próximas fechas de salida son los sábados 12 de septiembre, 3 y 23 de octubre y el 21 de noviembre. El punto de reunión es la glorieta del ITESO, a las 8:00 horas. Para registrarse es necesario enviar un mensaje al buzón ab687194@iteso.mx, de Daniel Tessier. Se recomienda llevar botas, sombrero y protector solar, así como playera de manga larga y guantes de jardinería.
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